MALDITO ROCK AND ROLL

Una Cabalgata Infernal

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Réplicas de Metallica en Chile.

Por Mauricio Illanes Naranjo, autor de la novela «The Redrum».
Foto: Juan Pablo Quiroz

Eso de patear en el culo al mes más infame del año parece haber sido mucho más que una provocadora invitación de radio Futuro para sumarnos al cuarto show de Metallica en Chile, a alguna de las dos charlas motivacionales del gran Bruce Dickinson y/o a disfrutar del nutrido cartel sonoro de Lollapalooza: finalmente resultó ser una eficaz arenga tanto para que los fans de cancha general se tomaran por asalto la apetecida preferencial como para que, desde el escenario, los «cuatro jinetes» californianos aportaran la banda sonora perfecta para su nocturna comunión con una marea humana tan oscura como desbocada.

Descarté asistir a las conferencias de quien es mucho más que «la voz» de Iron Maiden (a estas alturas, un verdadero personaje neo renacentista). Me resigné a no ir al Lollapalooza 2014, pese a no haber tenido la suerte de ver a Soundgarden ni a Chris Cornell en vivo.  Pero por esas maravillosas «vueltas» que tiene la vida, contaba con un ticket de cancha VIP que me aseguraría estar en una ubicación privilegiada para disfrutar del «show a la carta» de Metallica con la comodidad que mis carreteados 42 años requerían esa noche.

Sin embargo, a la altura de «Lords of summer», la nueva canción de los héroes de San Francisco, pude sentir en carne propia la euforia de sus otros fans y, como por arte de magia, volver a la cancha general del show que Iron Maiden dio en el Club Hípico en marzo del 2009. Incluso al que a fines de septiembre del año pasado brindó Slayer teloneando, justamente, a los británicos.

Quizá por la gran rivalidad existente entre las dos bandas más grandes del planeta es que también fue inevitable abandonarme a una fugaz alternancia entre Metallica y Iron Maiden: ninguna ha publicado últimamente discos a la altura de sus días de gloria, (Death Magnetic y The Final Frontier, respectivamente), pero ambas se las han arreglado para deleitar a sus fans de gran parte del mundo mediante shows con lo mejor de sus repertorios y dos películas para cine y DVD.

Primero Iron Maiden con las dos visitas de su aclamado «Somewhere back in time» y el documental «Flight 666» que dio cuenta de la primera «pierna» de esa gira mundial. Después, Metallica con su esperado film en 3D «Through the never» y luego a través de su democrático formato by request (para Sudamérica, Canadá, Turquía y parte de Europa).

Entremedio, mientras los primeros insistieron en la «ruta de la sandía calada» trayéndonos el 2013 buena parte de su show promocional de 25 años antes (Maiden England) localizado en un ártico y surrealista escenario, los segundos navegaron desde Ushuaia hasta la Antártica para dar su primer (y único) histórico show ante una selecta concurrencia en un verdadero paraje tan frío como blanco (en la base argentina, Carlini).

El 10 de abril del 2011 la «Dama de Hierro» grabó el DVD «En Vivo» en el Estadio Nacional y el 27 de marzo del 2014 Metallica subió al escenario a un numeroso grupo de fans para que tres de ellos presentaran igual número de canciones… Y así, como si la enumeración de hitos fuera parte de una competencia declarada entre ambas bandas por el alma de sus Chilean fans, como si sumándose a mi propia lista de las canciones de Metallica que debieron sonar fueran las (negras) ovejas en cuenta llevándome rumbo a más sueño reparador, el bus que me trajo de vuelta a Copiapó el viernes 28 siguió iluminando la oscura noche de la ruta 5 norte.


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